De las cosas que envidio al Distrito Federal
Hace algunos años, con el primer gobierno perredista, se puso en marcha el programa "Para leer en libertad", con el que se hizo distribución gratuita de una colección de aproximadamente una decena de libros bien seleccionados por Pablo Ignacio Taibo II y publicados por el mismo Gobierno del D. F. Las batallas en el desierto entre otros excelentes títulos se veían en los rincones urbanos en las manos de jóvenes lectores.
Esta vez todavía no he visto la forma en la que se lee de boleto en el Metro, pero ya hemos tenido algunos comentarios, como el de CRG o la nota que este domingo aparece en el diario:
"Hasta 10 pasajeros por vagón portaban el material que se distribuye en el medio de transporte ".
Claro que esta práctica ha supuesto que en el Metro ya se leía, pues es un lugar bastante adecuado para ello, dada la soledad y concentración a la que orilla la multitud.
(¿Tendremos que esperar a que nuestras ciudades tengan de perdida un tren ligero?)