El mal de la escritura
Enrique Vila-Matas es un literato absoluto. Su casi fanatismo por los eventos literarios queda expresado en El mal de Montano (Anagrama 2002), novela que reconstruye a partir de un diario en el que juega con su estado (apenas temporal) de ágrafo trágico, que oculta a un escritor empedernido. La razón aparente por la que decide formar una novela con un diario viene después, con la profundización en el género a partir de citas que le resultan familiares y siempre literarias. Por eso digo que el autor es un literato absoluto y la novela, Premio Herralde, una historia híbrida realmente entretenida.
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Aviso:
Habrá taller de narrativa el próximo viernes.