El matasellos y los estereotipos
La novela de Heriberto Yépez, El matasellos (Sudamericana), todavía podría considerarse una novedad respecto a su fecha de publicación (febrero 2004); también en relación con su estilo experimental, incluyendo algunas divertidas páginas que animan al/a lector/a a seguir jugando al Matasellos.
A mi parecer, la mejor novedad es el desvelamiento de cierta conciencia colectiva representada en los viejos filatelistas reducidos a cuatro. (¿Por qué sólo cuatro cuando el narrador sugiere al menos una decena? Pareciera un recurso para hablar mejor de la colectividad, para obtener el denominador común: el sello propio de esa masa representante de una clase/generación en extinción.)
La incisión que separa a los viejos (muertos por sus quisquillosas prácticas filatélicas) de otras generaciones y otros oficios, pone en evidencia las manías de la raza humana que en la vejez se acentúan, sus simulaciones, así como los estereotipos de lo femenino (la sangre/impureza), del "gringo" (sucio/asocial) y otros sujetos que, ocasionalmente, son detestados en la subconciencia. Sacar a la luz ciertos prejuicios colectivos es parte del trabajo psicológico que Yépez realiza en su novela. Un metadiscurso que explica las razones mentales de una muerte grupal, previsible desde el mismo nombre recogido del oficio postal: matar los sellos.
Matar los estereotipos.