15.11.04

La gastritis de Platón
Antonio Tabucchi, siguiendo a Umberto Eco, en La gastritis de Platón (Anagrama 1999) reflexiona sobre el deber de los intelectuales: permanecer callados cuando no sirven para nada. Se trata de una utilidad sólo a largo plazo, pues a corto plazo, dice Eco, "únicamente pueden ser profesionales de la palabra y de la investigación que pueden administrar una escuela, ser los encargados de un partido o de una empresa, tocar el pífano en la revolución, pero que carecen de una función específica propia". Reclamar la intenvención del intelectual sería como "reprochar a Platón no haber puesto un remedio para la gastritis".
En la primera parte, pasando por Joyce, Pasolini, Gertrude Stein, María Zambrano, Gide y otros que ya se han preguntado sobre el tema, el ensayo intenta definir la función del intelectual.
Ante la imposibilidad de una conclusión permanente, Tabucchi echa mano de la epístola, el diálogo y la crónica, para revivir a los comentaristas del tema y ofrecer un epílogo provisional.

No hay comentarios.: