29.9.03

"La imaginación es la loca de la casa."
Con el epígrafe de Santa Teresa de Jesús, Rosa Montero desarrolla la novela de la relación entre ella y su imaginación. La introducción nos revela que, en su juego narrativo, Montero "de niña fue una enana y que, con veintitrés años, matuvo un estrafalario y desternillante romance con un famoso actor".
Quienes la han leído, ya saben de las sorpresas y los límites que toca la autora en sus historias.
(La loca de la casa, Alfaguara 2003).

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