3.10.03

Los libros que son viejos amigos
Como entre los humanos, en el ambiente de los libros también se gestan buenos amigos, por la familiaridad ("dominio" o "manejo", dicen los pragmáticos) con que los tratamos. Un amigo diccionario del que puedo presumir (dado que de niña adquirí la primerísima edición), hoy lo vuelvo a recibir en su edición 2003: es el Porrúa de la Lengua española. La emoción de hojearlo y descubrir que sigue fiel (pertinente, preciso, didáctico y manual) me hace afirmar que un buen amigo-libro es aquél que crece con nosotr@s, imperturbable ante los achaques del tiempo y de la inflación.
No obstante, creo que me va a costar suplir la primera edición que se arrastra más que deshojada por los rincones de mi casa (dado que casi a diario me revela las etiologías de la lingüística colectiva) por ésta rejuvenecida.

No hay comentarios.: