6.4.06

Lo femenino politizado
(Reseña aparecida en Frontera el lunes 3 de abril).

La mayor revolución cultural del siglo XX en las tradiciones europea y americana, ha sido el movimiento feminista en su primera y segunda ola (iniciadas en los años 20 y 60, respectivamente). Más allá de definirse como un ?movimiento social tradicional? o proyecto terminado, el feminismo mantiene su vigencia al tiempo en que sus militantes ?principalmente como sujetos colectivos? han arribado al espacio público para apropiarse de los derechos ciudadanos y culturales negados a las mujeres por milenios.

Ese es el sentido del título: ?De lo privado a lo público: 30 años de lucha ciudadana de las mujeres en América Latina? (Siglo xxi editores, 2006), el más importante compendio del testimonio vivo de quienes han sido protagonistas de los cambios socioculturales en América Latina que han afectado no sólo a las mujeres. El conjunto de trabajos coordinado por Nathalie Lebon y Elizabeth Maier acusa la única exclusión (no deseada) de las llamadas ?actoras femeninas?: la voz afroamericana.

Auspiciada por le Fondo de desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) y La Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), la publicación muestra la continuidad y vigencia del proceso de concientización y acción social femenina, al cumplirse treinta años de la celebración del Año Internacional de la Mujer.

Democratización desde las mujeres

Si en la primera mitad del siglo XX los derechos civiles (el primero, la visibilidad social mediante el voto) fueron el principio del reconocimiento de los derechos femeninos, las reflexiones recogidas en esta obra exponen el trabajo a contracorriente que mujeres latinoamericanas de distinta extracción social han realizado a favor de la igualdad. La construcción de la democracia, afirman las autoras, en Latinoamérica ha sido un primer efecto del movimiento de mujeres, para lo cual reunieron las evidencias.

?Lo personal es político?

Lo privado y lo doméstico, ámbito desdeñado y asignado tradicionalmente a las mujeres, fue convertido por el feminismo en un espacio puesto a discusión. El reconocimiento del poder y sus representaciones patriarcales, más que verdades simples, resultan nociones derivadas de los procesos de comprensión de las mujeres guiadas por metodologías incluyentes, las que sostienen la reconstrucción de significados respecto a lo femenino.

La experiencia latinoamericana corrobora la necesidad de mantener el trabajo por los derechos, especialmente en el contexto de globalización neoliberal, en que la pobreza todavía marca a las mujeres. El primer capítulo del libro recorre la historia y el modo en que la globalización ha reforzado las desigualdades en el continente.

La segunda parte se ocupa en las diversas formas de activismos y da cuenta de la agenda en que se ha desarrollado la lucha por los derechos de las marginadas, particularmente bajo en la perspectiva de clase-género, en que la lucha alimenta su sentido.

La tercera parte reflexiona en la posibilidad de un posfeminismo (la neutralización del feminismo) a causa de la institucionalización del discurso de género, especialmente en los programas y discursos gubernamentales. La propuesta de ?glocalización? apunta a la necesidad del trabajo local como estrategia de avance y responsabilidad en los tiempos nuevos, propuesta que permite entender la pertinencia de la obra de Lebon y Maier.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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