30.10.06

La anticoncepción negada

Reseña de hoy.

Instintivamente se llevó las dos manos al vientre
como para detener eso que iba creciendo, implacable, dentro de ella.
(Oficio de Tinieblas, V)


La anticoncepción no es un tema tan común en la literatura. Más bien parece asunto de revistas, folletos o conversaciones privadas en las que se intenta interpretar o acatar el destino o la disposición divina. Que la literatura use la ironía para contradecir el deseo (convencional para nuestra época) de restringir la concepción, renueva el modo de reflexionar sobre un tema ineludible a las mujeres: la maternidad.

Crónicas anticonceptivas (Cuadernos El Financiero 2006) es un compendio de historias escritas por la autora de Crimen sin faltas de ortografía (Plaza y Valdés 1986). Novelista, cuentista y dramaturga, Malú Huacuja del Toro combina la imaginación del futuro y la memoria genética para entregar en este libro su crítica a la cosmovisión tradicional, que asume la maternidad como prospecto de realización de las mujeres.

La posibilidad de robar una carriola, el plagio de una novela, la participación en un ritual de segregación cultural, son algunos de los temas que permiten a Huacuja expresar su profundo desacuerdo con las prácticas culturales que secundan las formas veladas del poder. El poder de las madres que deciden engendrar para asegurar a un hombre, sin reparar en las posibilidades del engendrado? Un narcisismo tradicional actualizado.

Escribir al margen
Aun cuando no acusan intención moral, las crónicas se descubren como el experimento de Huacuja que encamina al lector a sumergirse en las profundidades del inconsciente y sus imperativos, ilustrando así la mirada ética. La misma biografía de la autora asomada a sus relatos, permite entender que la literatura precisa de la mezcla de elementos vitales como los reunidos en este pequeño libro lleno de realismo y fluidez narrativa, que no descuida el sorpresivo tránsito de la vida real a la ficción. Aunque no sólo eso: La literatura de Malú remite, irremediablemente, al trasfondo de una vida (su biografía de escritora instalada en la azotea) que delinea los márgenes de la condición humana como persecución y eventual derrota frente al poder.

Los eternos femeninos
Las crónicas de Huacuja revelan coincidencias en las culturas contemporáneas (mexicana y norteamericana) y sus disposiciones relativas al género y a la raza. El aire de la ciudad de Nueva York, lugar donde la autora actualmente reside, pareciera refrescar su crítica a la cultura femenina mexicana y sus concepciones eternas de maternidad y esponsalidad recurrentes en sus relatos. Frente a la negación de concebir otros feminismos, aparece la propuesta literaria de Huacuja, que bien podría leerse dentro de alguna de las tradiciones despertadas por Rosario Castellanos. Sus historias permiten renovar no sólo el estilo híbrido experimental de la literatura (que puede exponer tratados en un relato de ficción imposible), sino también el feminismo mexicano contemporáneo, cuyo lugar seguro quizá sólo sea la diáspora.

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